jueves, 14 de diciembre de 2006

LOGROS DEL PASADO:LA PREHISTORIA DE CHILE.


INTRODUCCION

Un medio de conocer nuestra realidad humana es aproximarnos a nuestro pasado cultural: a esos remotos episodios donde se fundó nuestro modo de vivir y parte de nuestra actual cultura. Nos referimos a nuestro pasado prehispánico, que hunde sus raices muchos milenios en el pasado cuando, hace 12.000 años, bandas de cazadores se aventuraron en estas tierras australes.

Su historia de avances técnicos y conocimientos ancestrales de la naturaleza nos asombra y enorgullece, y forma parte de nuestra identidad y patrimonio cultural. Esta es una parte muy pequeña de su extensa historia.

PERIODO PALEOINDIO

Una travesía inimaginada ocurrió durante en el período geológico Pleitocénico, cuando bandas de cazadores se movilizaron por del fondo marino que quedó al descubierto en aquella época, desde Asia a un continente que no conocía el hombre:América. Descendientes de estos pioneros llegaron a lo que actualmente es Chile hace 13.000 años.

En aquel tiempo las condiciones ambientales eran diferentes a las actuales, un clima más frío dominaba la zona sur del país y el Norte era bastante más húmedo, existiendo sistemas lacustres que eran lugar de confluencia de hombres y animales. La flora y fauna también era algo distinta.

La presencia de grandes mamíferos como el mastodonte, el milodón y la paleolama marcaba la orientación cazadora de dichos grupos humanos. Sin embargo, no sólo vivían de la caza. La recolección de semillas, frutos, tubérculos o animales menores jugaba un papel importante en la economía paleoindia. Organizaban sus trabajos según el sexo y la edad de los individuos para obtener de la naturaleza los recursos para la subsistencia, en base a un modo de vida móvil.

En nuestro actual territorio nacional hay numerosos sitios arqueológicos de este período:

- Quereo, que es un lugar de caza con técnicas rudimentarias, como es el lanzamiento de bloques de piedra a los animales pleistocénicos.

- Tagua-Tagua, ubicado en la actualmente desecada laguna del mismo nombre, también es un sitio de matanza y faenamiento de mastodontes y otra fauna ya extinta, con técnicas más desarrolladas que en Quereo.

- Monte Verde es un sitio algo "atípico", corresponde a un sitio habitacional de un grupo paleoindiano que enfatizó en la recolección de plantas silvestres.

-Fell, Cueva del Medio y Tres Arroyos son cuevas en las que se han encontrado restos de fauna extinta asociadas a las llamadas Puntas "Cola de Pescado", armas con las que cazaban los paleoindianos.

Para aquella gente el dominio del trabajo en piedra, así como seguramente en madera y hueso, les permitió aprovechar al máximo lo que la naturaleza les ofrecía. La fabricación de herramientas para cazar y faenar animales, así como también usar sus pieles, no deja de ser una actividad relevante en ese antiguo modo de vida.

PERIODO ARCAICO

Los cazadores-recolectores paleoindianos tuvieron que enfrentar grandes cambios medio ambientales hacia el 10.000 a.p. cuando las condiciones glaciares dieron paso a un clima más similar al actual. Esto marcó la extinción de la fauna que constituían las presas de caza de estos grupos de hombres.

Este período Arcaico representa un tiempo de grandes experimentaciones y procesos importantes, que se consolidarán en modos de vida en tiempos posteriores y que no se dejarán aún en nuestros días.

Uno de los principales procesos fue el de la domesticación tanto de plantas como de animales, que llevó a lograr un mayor control sobre la naturaleza y, por ende, una fuente de recursos más estable, como también ocurrió al ir perfeccionando las formas de aprovechar los productos marinos, desde los de la costa hasta los de mar adentro. Estas actividades obligaron a estos grupos a permanecer más tiempo en determinados lugares, por lo que se dan los primeros poblados como Guatacondo y Tulor, volviéndose cada vez más sedentarios.

Estos procesos no se dan de manera contemporánea en todas las regiones del país e incluso en algunos no se van a dar hasta tiempos hispanos. A la vez, estos logros no eliminaron nunca la caza y la recolección que estuvieron siempre complementando los recursos económicos de los pueblos prehispánicos.

Destaca el desarrollo de la Cultura Chichorro que existió en la costa de la primera región hace unos 5.000 a.C.,con una economía orientada hacia la explotación marina y que llevó a cabo prácticas de la momificación artificial entre sus actividades referidas a la muerte.

Por otro lado, el Complejo Huentelauquén no deja de sorprendernos. Estos grupos de cazadores recolectores marinos, a la par realizaron la caza y recolección terrestres y crearon extraños objetos en piedra, a las que les dieron formas geométricas, cuya utilidad aún nos es desconocida.

ARCAICO EN EL EXTREMO SUR

Las poblaciones de esta zona experimentaron una continuidad de los modos de vida del arcaico , esto no significa la inferioridad de estas gentes, sino, por el contrario, un gran conocimiento de su medio que les permitió mejorar las técnicas preexistentes para lograr vivir en un medio tan inhóspito.

Dos grandes adaptaciones y modos de vida se reconocen hasta tiempos históricos: los cazadores terrestres y los canoeros. Entre los cazadores terrestres el uso del arco y flecha, entre los "Onas o Selk'nam" así como de las boleadoras por los "Tehuelches o Aónikenk"se hizo imprescindible para cazar al guanaco, alimento principal y fuente de las pieles para su vestimenta. Su vida era nómade y normalmente su organización cotidiana era la familiar, juntándose sólo para grandes celebraciones rituales con otros grupos familiares de la misma etnía.

La canoa era para los "yámanas, los chonos y alacalufe" su hogar, pues gran parte del tiempo estaban en ella navegando entre los canales. Los hombres cazaban con arpones mamíferos marinos como lobos y focas, mientras las mujeres guiaban la canoa o, en otras ocasiones recogían mariscos. Por este tipo de condiciones de vida, cada familia era independiente de otras y en excepcionales situaciones se reunían y celebraban sus ritos.

Un rápido proceso de extinción afectó tanto a canoeros como cazadores terrestres desde que los contactos con los "occidentales" se fueron haciendo más habituales. El cambio en sus costumbres tanto de vestuario como de nomadismo, las enfermedades, el alcoholismo y también la matanza organizada por parte de los colonos de Patagonia llevaron a que a principios de este siglo desaparecieran estas etnías.

PERIODO AGRO-ALFARERO: NORTE GRANDE

Los grandes procesos desarrollados en el Arcaico se consolidan en esta época. La población aumenta y sus manifestaciones culturales se complejizan. En esta zona las aldeas son lugares habitados todo el año gracias a los recursos logrados por la agricultura y el pastoreo.

La proximidad de grupos más complejos que se desarrollaron en el altiplano boliviano determinó que la población constantemente recibiera su influencia, que se expresa desde simple intercambio comercial, hasta la instalación de colonias para la explotación de recursos. Todo esto fue posible gracias al uso de la llama como animal de carga, que permitía el transporte de los productos desde la costa a los valles cordilleranos o el altiplano.

Desarrollos regionales tempranos (900 a.C.-400 d.C.)

Las comunidades ya no son igualitarias. Comienza un proceso de jerarquización social, como queda reflejado en las distintas ofrendas funerarias. Estas comunidaes se diferencian entre sí, adquiriendo características particulares que se expresan en las distintas formas y diseños de su cerámica y tejidos.

En las tierras altas destaca la cultura San pedro de Atacama, cuya gente fabrica cerámica monócroma y la modela con motivos de rostros humanos.

La costa está habitada por distintos grupos que se dedican a la pesca y algunos también a la agricultura, teniendo en común el uso de madejas de lana a modo de turbantes.

Período de integración centro-sur andina (400 d.C-1000 d.C.)

En el altiplano bolivano se desarrolla Tiwanaku, un gran centro religioso de arquitectura monumental y con elementos propios como el kero y las tabletas de rapé. Su influencia se expande hasta el sur del Perú, N.W. argentino y el norte de Chile.

En la zona de Arica Tiawanaku instala colonias para la explotación de recursos marinos y agrícolas, distintos a los que se obtienen en el altiplano. Su coexistencia con los grupos locales es pacífica aunque se refleja en sus diseños y formas cerámicas motivos bélicos como es el sacrificador. Con San Pedro de Atacama mantiene relaciones comerciales, que lo proveen de tabletas de rapé y los accesorios necesarios para el consumo de alucinógenos, práctica realizada por los grupo de elite.

Desarrrollos Regionales Tardíos(1000-1450 d.c)

A la caída de Tiwanaku, vuelven a manifestarse las expresiones de los grupos locales, subsumidas en el período anterior por lo homogeneizador de la ideología tiwanacota. Vienen grupos provenientes del altiplano en busca de recursos. Se producen situaciones de conflicto, caracterizandose esta época por la aparición de pukaras en las tierras altas.

PERIODO AGRO-ALFARERO: NORTE CHICO

Se producen diferenciaciones culturales expresadas en diversos tipos cerámicos y matices económicos. Se desarrolla una agricultura incipiente que contribuye al proceso de sedentarización iniciado en el periodo anterior.

Se inicia el Período Agro-alfarero temprano con el desarrollo de una entidad cultural denominada Complejo Cultural El Molle (300 A.C.-700 D.C.), que practicabad el cultivo del maíz y la ganadería de camélidos, junto a la metalurgia y el desarrollo de expresiones plásticas distintivas como pipas con forma de "T invertidas", cerámica obscura (rojo, negro o café) con técnicas de decoración incisa, y el uso de un adorno labial denominado tembetá.

Un fortalecimiento de la tradición agropastoril, además de una diversificación en la economía, orientada hacia la recolección terrestre y marina, con posibles aportes étnicos transandinos, ocurren en los inicios del Período Agro-alfarero Medio y dan pie a la formación de un complejo cultural denominado Las Animas (800-1000 D.C.). Destaca de este complejo su ritual funerario, el cual incluye la práctica de sacrificio de camélidos. La metalurgia y el desarrollo de una tradición cerámica tenía como principal atributo una amplia gama de estilos decorativos.

Los procesos antes mencionados tienen su punto culmine en el Periodo Agro-alfarero Tardío con la conformación de la Cultura Diaguita (1000-1536 D.C.). Sus comunidades se ordenaron bajo señoríos distribuidos indistintamente en costa, valles y cordillera. Practicaban una agricultura posibilitada por canales de regadío, junto a una arraigada tradición ganadera expresada en una movilidad periodica entre los valles y la cordillera.

La cerámica Diaguita se caracteriza por ser muy rica en elementos decorativos, tanto en platos, pucos, "jarros-patos" y urnas. Las prácticas funerarias se realizan con abundantes ofrendas cerámicas y la construcción de pequeñas bovedas a modo de sarcófagos. Debido a la influencia incaica se producen cambio tanto en las formas cerámicas como en el aspecto de las prácticas rituales.

PERIODO ALFARERO: ZONA CENTRAL

Las características que presenta esta zona y la sur difieren de las del Norte pues actividades de gran importancia, como es la domesticación de animales no se va a producir hasta el contacto incaico y la agricultura sólo se va a dar de manera incipiente hacia el 900 d.C., primando durante largo tiempo economías mixtas de caza-recolección terrestre y marina combinada con la horticultura.

Alfarero Temprano (300-900 d.C) arqueológicamente se ha detectado una heterogeneidad cultural que se ve reflejada por la presencia de dos grupos con distintas costumbres sociales, económica y, seguramente, religiosas que se ve tanto en la forma cómo distribuyen sus campamentos como en sus prácticas funerarias.

La TRADICION BATO correponde a pequeños grupos de organización familiar, de economía marítima y alta movilidad tanto en la costa como costa-precordillera.

El COMPLEJO CULTURAL LLOLLEO corresponde a bandas de no más de 30 personas, aunque se integración con otros grupos de la misma cultura es mayor que la que se da entre los Bato. Su economía apuntaba más a los recursos terrestres y la horticultura. Por ello sus asentamientos están ubicados principalmente en terrazas fluviales. La cerámica de estos dos grupos culturales difiere tanto en las formas como en el manejo de la decoración. Tenían costumbres diversas que también los diferenciaba, como el uso del tembetá por Bato y, la deformación craneana por Llolleo.

Período Tardío (900-1535 d.C) hacia el primer milenio de nuestra era emerge lo que se ha dado en llamar COMPLEJO CULTURAL ACONCAGUA, con una economía diversificada que hace uso del litoral, valle trasversal y la precordillera ya sea por la caza y recolección o por la agricultura incipiente. Una organización social más compleja, probablemente de tipo centralizada, logra "homogeneizar" a la gran población que se va conglomerando y formando poblados. Estos pueblos llamados "picunches" por los cronistas coloniales, usaban una cerámica con una decoración altamente estandarizada, incluyendo el motivo del Trinacrio y, enterraban a sus muertos sus cementerios de túmulos, en que los cuerpos son cubiertos por grandes montículos de tierra.

PERIODO ALFARERO: ZONA SUR

Poco sabemos de la prehistoria de esta zona y nuestro conocimiento se debe a fortuitos hallazgos de cementerios. Sin embargo, en base a esos datos se ha podido establecer dos momentos en el período alfarero.

Alfarero Temprano (antes del 600 d.c a 1000 d.C), representado por el COMPLEJO PITREN, grupos pequeños de horticultores y recolectores de piñón, que como los alfareros tempranos de la zona central se caracterizan por su movilidad estacional, en función de la disponibilidad de recursos naturales. Sus manifestaciones materiales en la cerámica son parecidas a las de los grupos Llolleo, sobre todo en las representaciones de hombres, que reflejaría los posibles contactos que entre ambos grupos existieron. Sin embargo, hay grandes diferencias en su vida ritual, pues los Pitrén tienen una separación entre los lugares de habitación y los de entierro de sus muertos.

En el sector más meridional y en el oriental este modo de vida al parecer se continuó hasta tiempos hispanos sin modificaciones sustanciales.

Alfarero Tardío En el sector de Nahuelbuta, Arauco y Bio Bio inferior, se dan transformaciones culturales análogas a las de la Zona Central, con una decoración abstracta de la cerámica que mantiene las formas de Pitrén. Sus patrones funerarios se alteran y se diversifican, siendo el entierro en grandes vasijas (urnas) lo más representativo. Además empiezan a usar el metal para elaborar adornos personales como aros. Todo esto es conocido bajo el nombre de COMPLEJO EL VERGEL (1000 - 1530 d.C).

Con la llegada de los españoles, se activan formas de organización que estaban latentes, basados en la reciprocidad y la cooperación entre parientes y se forja la CULTURA MAPUCHE. La sociedad Vergel empieza a transformarse en diversos aspectos, como es la economía y el manejo de materias primas, formas y colores debido a la presencia hispana.

Este proceso de cambio y, a la vez de resistencia al mismo, ha sido lo característico del pueblo mapuche que combina elementos hispanos con los suyos tradicionales. Desde una vida horticultora se pasó a una basada principalmente en la ganadería de vacunos y caballares y, con posterioridad, hacia la agricultura. La vida religiosa es un elemento unificador y de vital importancia para todo pueblo y el mapuche ha sabido mantenerla a pesar de las presiones que emanan desde la sociedad nacional.

EL INKA EN CHILE

El periodo Inka en Chile está enmarcado entre los años 1470-1535 D.C., iniciado por la expansión territorial realizada por Topa Inca Yupanqui, la que se habría extendido más allá del valle del Aconcagua.

La Cultura Inka, originaria del actual Perú, se sustentaba en un estricto ordenamiento social y económico extendido por casi toda el área andina. La posesión de tierras y la tributación de trabajo de las comunidades anexadas, además del control social y económico por medio del gobierno indirecto por alianza con los jefes locales, fueron las políticas aplicadas a la poblaciones de los valles de la primera región y en San Pedro de Atacama.

La influencia incaica se expresó en Arica por medio de la incorporación de formas cerámicas, textiles y estilos decorativos nuevos por artesanos locales y foráneos. En San Pedro de Atacama se produce un primer momento de beligerancia debido a la irrupción de grupos altiplánicos con los cuales se había desarrollado una larga competencia por el control de las zonas productivas de los oasis.

En el Norte Chico la dominación no se habría realizado en términos pacíficos dado a que fuentes etnohistóricas hablan del desarraigo de grupos Diaguitas al altiplano Boliviano, y en algunos casos al mismo Cuzco a causa de su reconocimiento como excelentes ceramistas, y en el primer caso debido a un permanente alzamiento en contra de su anexión. El impacto de la dominación se expresa en las formas cerámicas como el aríbalo y la escudilla incorporadas a las formas tradicionales. Las estructuras sociales basados en esquemas duales habrían sido sustituidos por el nombra­miento de autoridades locales.

La dominación en la Zona Central del territorio Chileno se habría realizado por medio de un control militar, para manejar a la población local en pro de la explotación minera (plata y oro). La agricultura es mejorada con la intro­ducción de sistemas de regadío por canales. Sin embargo la embergadura de la dominación incaica en esta zona no está tan clara para los investigadores. La existencia de pukaras, cementerios inka-locales, santuarios de altura y cami­nos que conectan algunos de estos puntos con un ramaje del Camino del Inka nos demuestran que la presencia incaica fue muy diversa y fuerte.

La tesis del férreo rechazo de las huestes Incaicas por el pueblo Mapuche se contrasta con el argumento del desánimo de una empresa que no entregaría beneficios económicos inmediatos, además de los excesivos gastos en recursos y energías humanas para sostener una dominación en un territorio que posee una dinámica ambiental no asimilada por ellos, y en la cuál se hacia virtualmente imposible aplicar el esquema económico utilizado en la zona norte y en el mismo altiplano.

CONSERVACION DEL PATRIMONIO NACIONAL

De esta manera muy sucinta hemos reflejado los resultados generales que la labor arqueológica produce en la reconstrucción del pasado, a través de un arduo y minucioso trabajo profesional científico que lleva décadas desarro­llándose. Sin embargo, lo que actualmente conocemos de la prehistoria sigue siendo una mínima parte y llegar a conocer nuestro pasado depende de un esfuerzo mancomunado de todos y no sólo de los arqueólogos y antropólogos.

Los sitios arqueológicos son únicos y muy frágiles, por lo que deben ser trabajados sólo por profesionales preparados, para disminuir al máximo los daños que en ellos se causa o para rescatar la mayor cantidad y calidad posible de información. Por estas razones, el Estado ha generado una ley para su protección, declarando,tanto los sitios como los objetos arqueológicos, propiedad estatal y monumento nacional (Ley de Monumentos Nacionales Nº 17.288) y señalando únicamente a los arqueólogos como los profesionales que pueden realizar actividades de excavación en ellos.

COMO PUEDES AYUDAR?

* Lo primero que debes hacer es NO COMPRAR material arqueológico (cerámica, puntas de piedra, telas, etc), pues ello, además de ser un delito, incentiva aún más a los saqueadores para que continúen con sus actividades que no hacen más que destruir los sitios arqueológicos y con ello, nuestro pasado.

* Si encuentras un sitio arqueológicos NO RECOJAS MATERIALES NI LO EXCAVES, pues careces de la formación profesional para rescatar los pequeños grandes detalles de la información que contiene el mismo.